El movimiento sugerente no era suficiente. Desnudarse, ponerle nombre a su concha y hacer ventriloquía básica. Eso puso al público sobre las luces. Incluso en la parte de las tetas no hubo atención.
El hombre de caramelo bailaba sin gancho. A cuadros y sin guardaespaldas. Y no tan malo como para llorar sobre vos. Entonaba para gustar, como todos. Te decía puta y se frotaba. Quería impresionarte. Hubiera preferido llorar o pasar una estrella sobre la luna pero fingía ser un barítono indestructible.
¿Cómo juego a desfragmentar el disco en Ubuntu?
Hace 3 días
2 comentarios:
Amigo Fasmid!!! Después de varias visitas sin dejar rastros, aquí te dejo un saludo.
era fingir o desterrarse. un saludo para el hombre de caramelo...
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