martes, 9 de enero de 2007




Chupando el tesoro tabú de los subvencionados salió Nuna a ver qué designio celaban los destellos. Nada cayó y desde un taxi despidió su fuego sumergido. Si hubiera esperado un poco los criminales nublados le hubieran podido explicar tanta salpicándole los dobladillos.

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