Esqueleto se divirtió tres veces. Anotó cada letra de teta sobre una berlina, caligrafiando en chantilly. En el hueco de sus parietales sintió que además de divertido era elegante y espeso. Parado en su suelo sin salidas fáciles se guardó de cruzar sin mirar.
1 comentario:
Cruzar sin mirar es una actividad que, lejos de las calles mortales de Bs. As. y más cerca de la metáfora, puede ser sumamente edificante. Voto por ello.
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