Cable amargo, mal escuchado, sin señor ni la seda de un culo amoroso. Con el lomo acanalado a la moda, sin piojos, sin pezones oscuros, sin municipalidades.
Horas para apreciar el hielo en la cola del diablo.
Cuando Vanetto se acercó a chupar vio su reflejo en un solo vello claro. Preciso y tan dispuesto se vio, que salió rápido y sin cumplir, a verse un rato con tanto por vivir. Pero afuera había poco. Se avergonzó y se sentó en la escalera a sentir hasta que lo patearan en la nariz, dentro de una bombacha o dos.
Sobrevivido a lamidas de menos llegó hasta la casa de trapo, casi el único lugar donde se veía a las personas acercarse a lo bueno. No entendió por qué; tampoco desconfió. Sí supo que si tres habitantes seguían circulando con esa prestancia él no iba a aportar sino deseo y distracción. Se fue por eso, con la cabeza mojada y calzoncillos inútiles.
¿Cómo juego a desfragmentar el disco en Ubuntu?
Hace 3 días
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