Diez días en el camino señalado. Viendo pasar las partes de guitarra que se tocan hoy. Con flores estribadas y quemadores congelados. Hablándole a todos de sus ranas y azulejos. Los músculos mostrándose en trances de pensamiento superviviente y
aledaño. Nada práctico, nada sexual. Emotivo, viajado y ubicuo prendiendo para contar después. Ni años; parejas turbias, uñas sucias o flores desprogramadas. Que no te hable aquel roto de amor.
Volvé a tu esquina. Es la orden aunque no quede nadie. Menos mal que vine, boxeador. No iba a quedar nada de vos. Ni el nudo venoso ni la testosterona endiablada. Te sigue matando la concha, a pesar de las décadas. Boxeador empezando, va a decir el cartel.
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Hace 1 semana
3 comentarios:
pss...son linndas las conchas. (bueno, unas mas q otras)
Las conchas son linndas (una más que otras)
Pero el boxeador no se mide. A pesar de los amigos, ya no tiene rescate. Él eligió. Nosotros estaremos cuando necesite el banquito.
Nos debemos una noche de box x space y unos bourbons con 3 rocas, amigo. Abrazo!
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