lunes, 8 de septiembre de 2008

...TICA DE LOS MOMENTOS MEJORES.

Después de lamerle las piernas pidió perder de pie. No confiaba en lo bien que se había sentido.
Una cristiandad corrugada le jugó en contra hasta los 33. Escuchó esto, sin saber de dónde venía: And you say, what´s mine? And somebody else says, where what is? And you say, oh my god. Am I here all alone?
Entendió también el inglés y su circunstancia. Tragó todo el flujo que pudo y le pringó fuerza a su comida genital.
Las piernas, yéndose, eran una sola fibra ardiendo.
El camino de los momentos es cerrado y no es raro golpearse con uno mismo, tratando de llegar a algún lugar sin saber del otro.

1 comentario:

Martín Passini dijo...

exijo una balada para un petizo pelado...