Tetitas de sable para el payaso, otra vez en piel.
Su glamour seguro empantanó a las mojarras de zanja. Pero se repuso rápido, con porte de anguila y desmañado como antes.
Su vaso de aumento y voz colocada hicieron que la claque lo identificara, pero él estrenaba huellas. Cuando quisieron saludarlo no encontraron la confianza.
¿Cómo juego a desfragmentar el disco en Ubuntu?
Hace 3 días
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