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Tori Tank lloró lo perdido algunas tardes durante dos meses. Sólo una noche; las mañanas no le fueron presentadas. Después de eso el camino estuvo liviano. No se emborrachó, no buscó otras presas, no se drogó, no peleó, no se cortó los brazos. Se sintió cauto y querido. Inmediatamente. Fue un paso natural y laxo. Cuando llegó a preguntarse ya estaba en otro lado. Y volvió a aflojarse. Bailó un rato con una camiseta que estaba sobre el colchón. Después no supo qué hacer. Salió a la calle a ver qué había. Ese era el lugar común. Tomó aire, entró, cerró la ventana, se abrigó y siguió. Loop.
2 comentarios:
Antiloop, hagamos de la vida un deleite efusivo y llenemos los espacios de palabras bravas y agitemos las sustancias q hay en nuestras venas; adrenalina. Diseñemos vida en 3 minutos y sigamos antiloopeando el futuro...
la factory girl
Que bueno que a Tori Tank un mal momento lo agarre tan bien.
Me encantan las historias con perdices para cenar
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